Uwe Seele y Bobby Moore intercambian recuerdos en el inicio de partido,
en el entonces mítico Estadio de Wembley.
Por vez primera se transmitió a todo el mundo en televisión blanco y negro,
pero en vivo a través del satelite pájaro madrugador.
Hasta las próximas Olimpiadas (1968) y Mundial de Fútbol (1970)
celebradas en México las transmisiones fueron a color a todo el Mundo.